Una vez iniciado el curso escolar, la delegación municipal de Servicios Sociales, que dirige la concejal Zuleica Molina, dentro del programa de Prevención de las Drogodependencias, ha organizado juegos y talleres con los menores en las barriadas de Los Junquillo y La Atunara hasta el 31 de noviembre, con el objetivo general de la intervención educativa y preventiva en menores más allá del colegio y la familia, acercándose a su medio, en los espacios que habitualmente se desarrollan.
Desde el lunes pasado han comenzado los juegos en las plazoletas y calles de las barriadas, en Atunara los martes y jueves el equipo de educadores de calle se encuentra a las 16.00 horas en el Fortín de San Bernardo y a las 18.00 horas, en la Plaza Luna, en la Atunara. Los lunes ,están en Los junquillo, en la Zona 1 a las 16.00 horas, y en la Zona 2, a las 18.00 horas; los miércoles y viernes, en las zonas 3 y 4, a las 16.00 y 18.00 horas, respectivamente.
A través de las diferentes actividades planificadas se pretende el desarrollo de competencias para mejorar las habilidades personales y poder afrontar situaciones difíciles de la vida cotidiana, sin recurrir a las drogas. Los juegos están principalmente enfocados a mejorar la autoestima, el autoconocimiento, habilidades sociales y toma de decisiones.
Zuleica Molina responsable de esta parcela explicó que durante estos meses, “los menores además de las actividades previstas para desarrollar en las plazoletas, realizarán distintas salidas a conocer recursos que su ciudad les ofrece, continuando con el programa iniciado este verano “Conoce tu ciudad”, en colaboración con otras delegaciones municipales”.
La intención es ir dándoles a conocer otros recursos del municipio al mismo tiempo que se refuerzan su aprendizajes y valores dentro de su entorno habitual. En este sentido el programa recoge visitaa a la Biblioteca Municipal José Riquelme, Museo Cruz Herrera, Parque Princesa Sofía, parques de juego, bunkers y playas de levante y poniente, entre otras.
La concejal concluyó resaltando el trabajo que las monitoras realizan cada año. “La localización de espacios de reunión y juegos de los menores de la zona, sus hábitos, conductas, pero también sus necesidades y demandas, recogidas a través del acercamiento de los educadores de calle a su medio, se han convertido en las claves fundamentales de esta iniciativa”.